Érase una vez la historia de una tarta que era de leopardo y para Ana, la novia de un amigo. La pobre tarta creció y pasó a ser indefinida y para dos chicas que, aparentemente, poco tenían en común. Tras mucho discurrir y poca información Llanetes llegó a una conclusión -uy, si rima!- A todo el mundo le gusta abrir regalos -lo contrario es snobismo- Así que la historia concluye en que Ana sigue llevando medias rojas y un abrigo de leopardo y a la otra chica le regalan una tele plana.
Los sabores son de los que comienzan a estar en mi top 10: bizcocho de nata-nueces, bañado en leche aromatizada con vainilla, relleno de dulce de leche casero y mousse de chocolate. Toda la decoración está realizada en fondant de nubes.
Pdta: creo que nunca lo he dicho, pero mil millones de gracias a todos los que os pasais por aquí a dejarme unas palabras, gracias a vosotros este blog sigue vivo. Gracias, gracias y gracias.
No le hice fotos sin los plásticos y las que hay son malísimas, pero espero que os hagais una idea de cómo ha quedado.